CARLOS MARÍN
La sección 18 de la eufemística Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación sigue forcejeando para sacar del erario hasta el último centavo de los 10 mil millones de pesos que exige de rescate para liberar las vías férreas. Su táctica de todo o nada siempre le ha redituado, y quiere más ahora, empoderada como nunca gracias a que Morena le permitió alzarse con 40 diputaciones federales.
No son sus «bases magisteriales», se hizo ver aquí hace unos días, las que deciden cuándo dejar de movilizarse o de plantarse, sino su clandestina dirección política. Aunque hasta el año pasado su presencia era reducida en casi todas las entidades, los principales enclaves de la CNTE están en Oaxaca (donde predomina) y los estados de Guerrero, Chiapas y Michoacán (cohabitando en minoría con otras agrupaciones sindicales).
La oaxaqueña sección 22, con alrededor de 80 mil agremiados, aglutina la mayor disidencia del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, que agrupa a la inmensa mayoría de los más de un millón 800 mil servidores públicos del sistema de enseñanza básica, de los cuales un millón 200 mil son profesores. Pero aun así, la CNTE significa la mayor monserga de cualquier autoridad, incluida la de la cuarta transformación.
Su voracidad es insaciable, como se lee en su Posicionamiento ante la iniciativa federal con proyecto de decreto de la contrarreforma educativa, pese a reconocer favorable para sus intereses el «contexto político social diferente y esperanzador» que dejó la elección presidencial: Para empezar, considera que lo que pretende el Presidente que abomina al neoliberalismo es «un modelo neoliberal», por conservar palabras como excelencia, «que perfecciona el concepto infundado de calidad, que no son términos pedagógicos, sino empresariales, planteados desde la perspectiva de la OCDE y Mexicanos Primero…».
Y aunque la peñanietista no lo fue, la CNTE afirma que la contrarreforma de AMLO «sigue siendo punitiva»; que «representa un retroceso para los pueblos originarios al plantear una Educación Bicultural y Bilingüe debiendo ser Pluricultural, Intracultural-Plurilingüe e Intercultural-Bilingüe; mantiene un proyecto de estandarización de la educación y reproduce un sistema individualista y vertical de superación profesional con un corte técnico y pragmático designado desde diversos organismos internacionales y da continuidad al proyecto educativo neoliberal, reforzado nuevamente por la relación reciente que sostiene (el secretario Esteban) Moctezuma Barragán con la OCDE».
Con la de AMLO, sentencia su compañera de viaje, «la reforma peñista continúa vigente y la que está por venir no garantiza la abrogación en términos como lo plantea la CNTE, por lo que hacemos el llamado a la base trabajadora del país para continuar con la organización y la resistencia bajo los principios de lucha de la Coordinadora …».
¡Chíngale!