Facebook está negociando con el regulador estadounidense el monto de una multa, que podría ser de alrededor de 2,000 millones de dólares, por violar sus compromisos de protección de datos, según informó la prensa el viernes.
A fines de marzo de 2018, el regulador comercial de Estados Unidos (FTC) había indicado que investigaría la protección de datos personales por parte de Facebook, luego del escándalo global de Cambridge Analytica.
Específicamente, la Comisión Federal de Comercio está investigando si la red social violó su acuerdo firmado en 2011, que le ha permitido evitar juicios. Facebook está acusado de engañar a los consumidores al decirles que su información personal se mantuvo confidencial cuando en realidad se difundió a terceros.
El grupo se comprometió luego a notificar a sus usuarios si difundía su información. La violación de este tipo de compromiso es punible con una multa muy alta.
Pero Facebook, que hoy cuenta con 2,300 millones de usuarios en todo el mundo, está comprometido desde el descubrimiento en 2018 de fugas de datos de decenas de millones de usuarios, sin su conocimiento, a Cambridge Analytica (CA), una firma británica de análisis de datos.
Según el Washington Post y el New York Times, la FTC y Facebook están negociando actualmente la cantidad de un acuerdo que nuevamente evitaría el procesamiento.
El NYT declara que la multa es de 41,000 dólares, pero que la FTC puede multiplicarla por el número total de usuarios involucrados.
Según el Washington Post, las dos partes podrían ponerse de acuerdo en unos 2,000 millones de dólares.
Esta sería, con mucho, la multa más grande impuesta por la FTC. Por ahora, según los medios de comunicación, es Google la que ha recibido la pena más alta: 22.5 millones por violar sus compromisos de protección de datos.
Al ser consultado por AFP, Facebook no quiso hacer comentarios, simplemente repitió que “cooperó con las autoridades estadounidenses, británicas y otras”, como ha dicho muchas veces desde el estallido del escándalo de Cambridge Analytica.
La compañía británica trabajó para la campaña presidencial de Donald Trump en Estados Unidos en 2016.