Bruselas.- Un alto funcionario de la Unión Europea censuró el martes al primer ministro húngaro Viktor Orban por sus carteles de campaña electoral en los que se afirma que la sede de la UE ha debilitado de manera deliberada las fronteras externas del bloque para permitir el ingreso de más migrantes.
El vicepresidente de la Comisión Europea, Frans Timmermans, dijo que la manipulación de la verdad durante una campaña política “es algo en un universo completamente distinto”.
De cara a los comicios de mayo al Parlamento Europeo, el gobierno húngaro afirma que su nueva campaña tiene como propósito informar a los ciudadanos sobre “los planes de Bruselas para alentar la inmigración”.
“Todo mundo tiene derecho a saber cuáles son las actuales propuestas que amenazan en lo fundamental la seguridad de Hungría”, señaló el gobierno.
En Hungría, los carteles de campaña se han enfocado en el presidente de la Comisión de la UE, Jean-Claude Juncker, y el financista húngaro-estadounidense George Soros.
Según el cartel, los líderes de la UE, que según Orban obedecen a Soros, “están poniendo en marcha proyectos experimentales de inmigración con países africanos; quieren imponer cuotas de asentamiento obligatorias; quieren reducir la asistencia financiera a los países opuestos a la migración”.
El gobierno húngaro difundió en su página de Facebook un mensaje que incluye un cartel similar pero con otras afirmaciones: “Quieren imponer cuotas de asentamiento obligatorias; quieren debilitar los derechos de los estados miembros a defender sus fronteras; quieren facilitar la inmigración de migrantes con visas”.
Timmermans dijo la realidad es todo lo contrario: La UE y Juncker están a la vanguardia en las acciones para reforzar las fronteras externas de la UE.
Debido a su recelo hacia la inmigración, Orban obtuvo en abril su tercer periodo consecutivo de gobierno y se granjeó la admiración de populistas en toda Europa.
A finales de 2015, durante el momento más álgido de la crisis de los migrantes, Orban dispuso la instalación de cercas con concertina en las fronteras con Serbia y Croacia para frenar el tránsito de esas personas.
El año pasado, Hungría endureció sus leyes de migración y refugio para dificultar las peticiones de asilo. Naciones Unidas y grupos de derechos humanos condenaron ampliamente las políticas.
Soros, al que Orban considera enemigo ideológico, ha sido objeto de campañas gubernamentales de desacreditación en años anteriores que, según los detractores, están basadas en tropos antisemitas.
Orban rechaza que las campañas anti-Soros tengan carácter antisemita.