Buenos Aires.- El expresidente argentino Carlos Menem rechazó decir unas últimas palabras ante el tribunal que determinará el jueves si es culpable del entorpecimiento de la investigación del atentado contra un centro judío de Buenos Aires en 1994.
El exmandatario (1989-1999) y actual senador opositor, de 88 años, optó por guardar silencio ante los tres jueces del tribunal oral federal en el último día del juicio. Lo mismo hizo el extitular de los servicios de inteligencia Hugo Anzorreguy, otro de los 13 acusados en este proceso iniciado en 2015.
La audiencia entró en un receso hasta las 19.00 GMT, cuando el tribunal dictará su fallo, uno de los más esperados de los últimos tiempos.
Casi 25 años después del atentado con un coche bomba que el 18 de julio de 1994 destruyó la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), la justicia determinará si la investigación del mayor ataque terrorista en suelo argentino -que dejó 85 muertos- fue trabada por el entonces poder político y miembros del sistema judicial.
Los imputados, entre los que hay un exjuez federal, dos fiscales y ex funcionarios de los servicios secretos, están acusados de encubrimiento, violación de medios de prueba, falsedad ideológica, prevaricato, abuso de autoridad, violación de los deberes de funcionario público y peculado. La fiscalía y las otras querellas pidieron condenas de cárcel de distinto monto para la mayoría de ellos.
Para Menem, el Ministerio de Justicia pidió seis años de prisión por presuntamente haber obstaculizado la pesquisa. El expresidente es sospechoso de haber desviado la llamada “pista siria” que apuntaba al empresario de esa nacionalidad Alberto Kanoore Edul, amigo de la familia Menem.
La fiscalía solicitó cuatro años de cárcel para el senador mientras que Memoria Activa, la agrupación que reúne a familiares y allegados de las víctimas, solicitó seis.
Menem y el resto de los acusados pueden apelar las sentencias. El senador, que ha sido condenado en otros procesos judiciales con penas de prisión que fueron apeladas, goza de fueros parlamentarios que le garantizan la inmunidad de arresto. Únicamente podría ser encarcelado por cualquiera de sus condenas si perdiera sus fueros en un juicio político en el Senado, para lo cual se requieren dos tercios de los votos de los legisladores.
El Ministerio de Justicia señaló que el destituido juez federal Juan José Galeano, al que apuntó como “decisivo” para el ocultamiento de la verdad durante la investigación del ataque, merece ocho años de prisión, mientras que la fiscalía indicó que deben ser 13 y Memoria Activa requirió 20.
Para el vendedor de partes de automóviles Carlos Telleldín, quien recibió 400.000 dólares de la agencia de inteligencia para prestar una declaración falsa que involucró a varios policías, el Ministerio solicitó siete años, la fiscalía tres años y seis meses y Memoria Activa tres.
Otros imputados son los ex fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia y Rubén Beraja, el extitular de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas. Todos los que son juzgados han declarado su inocencia y han pedido su absolución.
Galeano fue el primer juez de la causa hasta que a fines de 2003 fue apartado. En 2004 un tribunal absolvió a una veintena de personas acusadas de haber participado en el atentado, declaró nulos diversos actos del proceso judicial y pidió investigar la responsabilidad que tuvieron los miembros de la justicia y el gobierno en las irregularidades detectadas.
Galeano fue destituido en 2005 en un juicio político por su mal desempeño en la investigación.
Por el ataque a la AMIA no hay ningún condenado. La justicia argentina considera que el gobierno de Irán fue el ideólogo del ataque y ha pedido la detención de varios exfuncionarios y ex diplomáticos que ese país se niega a entregar.
Dos años antes la embajada de Israel en Buenos Aires fue blanco de un atentado que también permanece impune.