San Luis Potosí, SLP.- Aurorita es una madre de 17 años de edad, su pareja no se hizo responsable de su hija y ahora ella, sin ninguna preparación profesional u de oficio, se ocupa en la zona fabril de la ciudad para sostenerse junto con su pequeña niña de un año de edad.
“Antes le dejaba mi hija a mi mamá para que la cuidara, pero ella, ya no puede, tiene que ir a laborar también, porque no tiene quien la apoye; no puedo dejársela a los papás de mi ex pareja para que me la cuiden, porque ellos viven mal, son viciosos y tengo temor que algo le pueda pasar”.
La joven madre trabaja en la fábrica Mabe, pero ahora con el cierre de las Instancias Infantiles por la falta de apoyo del gobierno federal no sabe qué hacer, ella llevaba a su hija para que la cuidarán en una Estancia de la colonia Progreso.
“Mi hija estaba bien en ese lugar, me cobraban 600 pesos al mes y pues me la cuidaban, y aparte le daban sus alimentos; pero ahora, me cobran 1200 por mes y la verdad, no los puedo pagar”, se le escucha preocupada.
Esta es una de las historias que sufren miles de madres potosinas, que son el sostén de la casa; las obreras, las domésticas, las comerciantes ambulantes, todas ellas que necesitan que alguien les cuiden a sus hijos mientras ellas van a trabajar.
Hay casos donde madres trabajadoras, dejan encerrados a sus hijos en sus domicilios, con el temor de que no sufran un accidente, como caerse de los escalones, electrocutarse, sufrir quemaduras por provocar de manera inconsciente incendios o en el mejor de los casos, que se la pasen todo el día viendo programas de televisión perniciosos.
Peor aún, dejarlos en la calle, a que “aprendan de la vida”, a merced de personas adultas que seguro se aprovecharan de su inocencia y estado de indefensión, como muchas veces pasa. Los riesgos es que tengan acceso a los vicios, la drogadicción o la delincuencia.
Es el caso sorprendente de los niños infractores, que hace unos días, estuvieron a punto de ser linchados por haber cometido un asalto a mano armada –robo con violencia utilizando una navaja- a un taxista allá por la colonia Cactus, niños de entre once y trece años de edad.
Los viejos capitalistas sabían que mantener a los niños en una especie de guardería cerca del centro de trabajo, de sus padres, éstos rendían más en la fábrica, esa fue una invención de Roberto Owen dueño de una fábrica llamada New Lonark, en Inglaterra.
En 1806 creó los Infant School (escuela de párvulos) para formar a los futuros trabajadores, no para que aprendieran los niños alguna enseñanza, sino porque los padres producían más, teniendo a sus hijos en la guardería.
Esta vieja idea, de crear guarderías para los hijos de los trabajadores se impulsó hace 12 años con el gobierno del ex presidente Felipe Calderón; y en efecto, con dichas guarderías llamadas Estancias Infantiles, miles de padres de familia la mayoría del sector laborante, estaban en posibilidades de ir a trabajar con “tranquilidad” a sus centros de trabajo, y laborar con más empeño y producir más en beneficio del sector empresarial.
Un éxito de los gobiernos neoliberales que demandan cada día mayor “mano de obra libre”, para el caso de la féminas exigen que no estén en su hogar atendiendo labores domésticas y al cuidado de sus hijos, sino al pie de las máquinas, en las fábricas; produciendo mercancías y aumentando el volumen de la plusvalía en la explotación del trabajo asalariado, que empuja cada día a más y más pobreza a los sectores laborantes.
En nuestra entidad, un millón sesenta mil potosinos, que representa el 39% del total de la población, tiene un ingreso laboral inferior al costo de la canasta básica en la entidad, según datos registrados por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL).
Desde el tercer trimestre de 2017 y que persiste hasta nuestros días, existe un porcentaje de la población con ingreso laboral inferior a la línea de bienestar mínimo, es decir, que aun si hiciera uso de todo su salario, no podría adquirir los bienes de la canasta alimentaria, situación que propicia que existan familias que no consuman alimentos por un día completo o varios, siendo los más afectados los niños y los ancianos que presentan diversos grados de desnutrición.
Ahora la situación de la clase laborante en el país, no parece que vaya a cambiar, ya que debido a la desaceleración de la economía del país del año pasado, y por problemas de desabasto de combustible y otras circunstancias económicas adversas, el Banco de México, hace un pronóstico negativo con un rango del 1.7 al 2.7 en la economía mexicana, y de forma inversamente proporcional, aumentará el desempleo en México, como lo pronostica la Organización Internacional del Trabajo hasta un 3.7 por ciento, más de dos millones de trabajadores perderán el empleo por la contracción económica que se pronostica para este 2019.
Ahora sí puede haber corrupción…
“Porque desde que el gobierno federal dejó de entregarnos los apoyos, ya ninguna autoridad nos visita, no se revisa la asistencia de los niños asistentes, ni los protocolos de protección civil ni de seguridad e higiene de las guarderías; no se revisa el perfil profesional de las asistentes educativas ni las cuotas que ahora se cobrará a los mentores, ahora sí que habrá mucha corrupción, por la irresponsabilidad de las autoridades que debieran vigilarlos”.
Lo anterior es la versión de la encargada de una Estancia, ubicada en la periferia de la Ciudad, y agrega que no está de acuerdo con los nuevos criterios de apoyo federal a las Estancias.
Creo que esa nueva estrategia de darle apoyo monetario directo -800 pesos mensuales- a los padres de familia para que ellos, busquen la manera de quien les cuide a sus hijos es un grave error.
“Mire, aquí tengo unos pequeños en la Estancia bajo mi resguardo, porque el DIF, le quitó la custodia a la mamá respecto a los infantes, porque es drogadicta, y los dejaba encerrados en su domicilio, con una bolsa de cemento para que lo inhalaran y se les quitara el hambre y se durmieran, mientras ella en la calle buscaba la forma de hacerse de recursos para comprar su droga. ¿Usted cree que esta mujer si le dan el dinero lo ocupará para alguien le cuide a sus niños?”.
“Esos niños que tengo bajo mi resguardo y de otros niños que ya no podrán venir a la Estancia por la falta de recursos de los padres de familia que laboran. ¿A dónde se van ir? ¿Quién los va a cuidar, asearlos, darles sus alimentos, vigilar su salud? ¿Qué se vayan a la calle? ¿Es lo justo?” se cuestiona la trabajadora de la guardería.
Testigo de color
Hace unos días me encontraba en los estanquillos de tortas, ubicados bajo los Arcos de la Alhóndiga de esta ciudad, y vi a una niña enclenque, de escasos once años, caminado y acercándose hacia nosotros, los comensales; ofreciendo en una bolsita la compra de unos chocolates, quizá para hacerse de recursos y tener algunas monedas para alimentarse.
Con sus manitas llenas de costras de mugre acercaba su mercancía a los posibles clientes, que indiferentes, le volteaban la cara y seguían comiendo; se los ofrecía a unos y a otros, y nadie le hizo caso; observé a la pequeña como si se desfallecía su cuerpo y vi temblar a sus rojizas mejillas, como haciendo pucheros… Ya no ofreció nada y siguió su camino.
Me quedé impávido, me hizo sentir un profundo estado de culpabilidad de esta sociedad que maltrata y les mata a sus hijos toda esperanza de que vivirán un futuro mejor; eso es lo que lo que estamos haciendo por nuestros niños de hoy, quitarles su derecho a la alimentación, a la salud, a la educación; a recibir cuidados y afecto paternal.
¿Y qué hace el gobierno de la cuarta Transformación? Arrojar a miles de ellos del país a la calle, por el cierre de la Estancias Infantiles. Y que seguro estos inocentes, el día de mañana nos habrán de recriminar por la injusta sociedad que les dejamos.
Por Miguel Ángel Álvarez/Rio19 Redacción