Washington.- La idea del presidente Donald Trump de emitir un decreto para proteger la libertad de expresión en las universidades del país surgió luego de una ola de quejas de sectores conservadores, acusando que se les ha tratado de silenciar, se les retiran invitaciones o se les hace saber que su presencia en el campus no es apreciada.
Muchas otras personas, sin embargo, señalan que la libertad de expresión es algo ya consagrado en la Constitución, y acusan al gobierno de Trump de tratar de usar el principio universal para causar divisiones políticas.
No queda claro qué dirá exactamente la orden ejecutiva de Trump, pero sus asesores han pasado meses elaborándola.
El Departamento de Justicia ha enviado declaraciones en varios casos en que estudiantes han demandado a las universidades, denunciando que no les respetaron sus derechos a la libertad de expresión. El entonces secretario de Justicia Jeff Sessions opinó sobre el tema afirmando que “ha llegado la hora de desafiar a los abusadores agresivos en nuestras universidades y en nuestra cultura”.
La secretaria de Educación Betsy DeVos ofreció una evaluación similar al asegurar que “los administradores de las universidades a menudo tratan de proteger a estudiantes de ideas que, desde su punto de vista objetivo, son detestables, ofensivas o injuriosas, o ideas que simplemente no les gustan”.
La propuesta de Trump, mencionada el sábado en un discurso frente a activistas conservadores, ha suscitado críticas de varios rectores de universidades, como Robert Zimmer de la Universidad de Chicago, un férreo defensor de la libertad de expresión. En un email a la comunidad universitaria, Zimmer dijo que la norma sería “un grave error” que les daría a las autoridades federales autoridad de decidir sobre temas educativos.
“Esto abre la puerta a un sinnúmero de preocupantes políticas oficiales que con el pasar del tiempo el gobierno federal, sea cual sea el partido en el poder, podría aplicar en esos casos”, dijo Zimmer.
Añadió que la medida “convierte al gobierno, con todo su poder y autoridad, en un partícipe en la definición de las discusiones universitarias”.
En su discurso del sábado, Trump mencionó el caso de Hayden Williams, que el 19 de febrero estaba en la Universidad de California, campus Berkley, buscando voluntarios para su grupo Talking Points USA. Dos hombres se acercaron a Williams y uno le golpeó, en un incidente captado por los teléfonos celulares de los presentes. Ni Williams ni el hombre arrestado por la agresión tenían relación alguna con la universidad.