Ciudad del Vaticano.- La declaración de culpabilidad del cardenal francés Philippe Barbarin por no reportar a la policía a un sacerdote que se sabía era pederasta agrava la crisis que enfrenta la cúpula de la Iglesia católica. El veredicto del jueves muestra que cada vez se responsabiliza con mayor frecuencia a quienes fueran alguna vez intocables “príncipes” en los casos de abuso sexual sacerdotal y a los superiores que permitieron que la práctica continuara.
Después de siglos de impunidad, cardenales desde Chile hasta Australia enfrentan a la justicia tanto del Vaticano como de sus respectivos países por delitos sexuales o por encubrir abusos de clérigos a los que supervisaban.
A continuación presentamos un vistazo a los casos que implican a cardenales católicos, miembros de un exclusivo club de prelados que asesoran al papa y a la larga eligen a su sucesor.
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CHILE – CARDENALES JAVIER ERRAZURIZ y RICCARDO EZZATI
El actual y el exarzobispo de Santiago son investigados por la fiscalía chilena por supuestos encubrimientos de sacerdotes abusivos.
Errazuriz, quien se retiró como prelado de Santiago en 2010, fue recientemente obligado a renunciar del gabinete de asesores del papa Francisco después de que el año pasado saliera a la luz el alcance de su encubrimiento.
Su sucesor, Ezzati, fue demandado esta semana por un hombre que lo acusó de proteger a un sacerdote que supuestamente lo drogó y violó en la catedral de Santiago. La víctima presentó una denuncia con Ezzati en 2015, quien el año pasado emitió una sentencia canónica contra el párroco.
Los fiscales han supervisado redadas en oficinas de la Iglesia de todo el país. Hasta el momento, Ezzati y Errazuriz se han negado a responder preguntas de los investigadores.
Francisco obtuvo la renuncia de todos los obispos chilenos en activo el año pasado, parte de las labores del Vaticano por limpiar a la Iglesia en ese país.
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AUSTRALIA – CARDENAL GEORGE PELL
El exministro de finanzas del Vaticano fue declarado culpable en diciembre en su natal Australia de abusar sexualmente de dos niños durante la década de 1990.
Pell fue condenado de violar oralmente a un monaguillo de 13 años y de tratos indecentes con el niño y su amigo de 13 años en 1996 y 1997, meses después de que el cardenal de 77 años se convirtiera en arzobispo de Melbourne.
Pell rechaza las acusaciones y planea apelar. Su sentencia está programada para la próxima semana.
Cada una de sus cinco declaraciones de culpabilidad tiene una sentencia máxima de hasta 10 años en prisión.
Después de ser condenado, el Vaticano dijo que la oficina de delitos sexuales abrió una investigación y confirmó que el arzobispo de Sydney restringió las funciones sacerdotales de Pell después de que el cardenal volvió a Australia a enfrentar su juicio.