Buenos Aires.- Las latinoamericanas tomaban el viernes las calles para gritar más fuerte que nunca contra la violencia machista y mostrar su determinación a conquistar el aborto libre, seguro y gratuito, entre otros derechos que consideran impostergables.
En Buenos Aires desde primeras horas del día grupos de feministas se congregaron en las inmediaciones del Congreso para manifestarse durante una nueva conmemoración del Día de la Mujer. Aunque las concentraciones se reproducirán en distintos puntos de la ciudad durante todo el día, se espera una gran marcha por la tarde desde el Congreso hasta la histórica Plaza de Mayo.
En Argentina la jornada de protesta está teñida por el descontento de las organizaciones feministas con la precarización laboral que, a su entender, sufren más dramáticamente las mujeres en un contexto de ajuste, recesión e incremento del desempleo y la inflación.
Según el Centro de Economía Política Argentina las mujeres de este país “transitaron un 2018 entre la organización por la conquista de derechos y la profundización de las inequidades económicas”.
Señaló que el año pasado “las mujeres registraron tasas de desempleo de 10,8% frente a 8,9% de los varones”. Por otro lado, “37,1% de las mujeres en relación de dependencia trabaja sin registración laboral” lo que supone “un incremento de casi un punto porcentual con relación a 2017 y 2,1 puntos respecto de 2015. En cambio, para los varones el porcentaje se sostiene en 31,8%”.
Otro de los reclamos más escuchados es el derecho al aborto libre, una conquista que se truncó el año pasado cuando una ley aprobada por la Cámara de Diputados terminó siendo rechazada en el Senado por pocos votos.
Agustina Ortiz, estudiante de Psicología y quien participaba en una manifestación del Frente de Izquierda en contra de los despidos de mujeres, lamentó en un diálogo con The Associated Press que las argentinas padezcan trabajos “más precarizados” que los hombres e indicó que el ajuste económico está afectando a las mujeres en otras áreas como el de la prevención de la violencia de género, donde se redujeron los fondos estatales.
Micaela Ávila, secretaria de género y diversidad sexual de la organización feminista Pan y Rosas, pronosticó por su lado que la lucha por la legalización y despenalización del aborto se redoblará en los próximos meses y cuestionó que algunas autoridades provinciales “ni siquiera” permitan su práctica en los casos que la ley lo autoriza: si el embarazo en consecuencia de una violación o cuando está en peligro la salud y vida de la mujer.
Al respecto dijo que la lucha por ese derecho es cada vez más fuerte en países de la región como Chile, donde el año pasado se legalizó la interrupción voluntaria del embarazo en determinadas circunstancias y “donde las compañeras van por más”.
“Este 8 de marzo sigue al surgimiento de toda la marea verde feminista que se levantó en toda América Latina, con Argentina a la cabeza, por el derecho al aborto legal. Es la primera vez que se ve todo este despliegue en la juventud… con tantos movimientos de estudiantes secundarios”, señaló Ávila, quien llevaba al cuello un pañuelo verde, símbolo de la lucha por el aborto libre.
Las manifestaciones se sucedieron en otros países latinoamericanos.
Cientos de bolivianas salieron a marchar por las calles de las principales ciudades del país. Las marchas comenzaron en La Paz, donde mujeres llevaron calzoncillos gigantes en los que se podían leer mensajes como: “calzoncillo de padre irresponsable y maltratador” y “calzoncillo de caudillo pederasta”, entre otros mensajes.
En los últimos años se produjeron avances en Bolivia, como la paridad de escaños de hombres y mujeres en el Parlamento y gobiernos regionales. Pero la violencia de género se incrementó a 19 feminicidios en los primeros dos meses de este año.
En Perú las mujeres también tienen previsto tomar las calles para reclamar que se detenga la violencia de género y en Chile exigirán que la educación pública esté exenta de contenidos sexistas, que cesen los maltratos a las mujeres y aborto libre y seguro.
También se esperan marchas en México, Uruguay y Paraguay contra la violencia de género.
En el caso de Argentina, el Instituto Nacional de Estadística y Censos informó la víspera que más de medio millón de episodios de violencia de género fueron denunciados entre 2013 y 2018.
El año pasado se produjeron en el país 273 feminicidios, lo que significa que una mujer fue asesinada cada 32 horas, según el último informe de la asociación La Casa del Encuentro, especializada en violencia de género. Se produjo así una leve mejoría respecto al promedio de feminicidios ocurridos en 2017, cuando una mujer fue asesinada cada 30 horas.
Las autoridades de La Casa del Encuentro remarcaron durante la presentación de los datos en el Congreso la necesidad de contar con suficiente presupuesto con perspectiva de género en todas las áreas del Estado y la elaboración de estadísticas oficiales sobre violencia sexista.
El gobierno argentino reglamentó el viernes la Ley de Paridad de Género en Ámbitos de Representación Política, que establece que las listas de candidatos para las elecciones de legisladores nacionales “deben integrarse ubicando de manera intercalada a mujeres y varones de modo tal que no haya dos personas continuas del mismo género” en una misma boleta.
En tanto el presidente de Ecuador Lenín Moreno anunció la creación de un bono de unos 300 dólares mensuales para los hijos de las mujeres víctima de feminicidios que beneficiará a unos 88 huérfanos.