Ciudad de México.- Se necesita carácter para tomar carreteras que obligan a prescindir del entorno nativo. El futbol es egoísta en ese sentido, y en ocasiones exige entablar este raciocinio antes de tiempo.
Jordan Sierra (23 de abril de 1997) nunca había salido de su país, y ni siquiera de su ciudad natal, Manta, hasta sus 20 años, que dejó Ecuador para no volver atrás, buscando el sueño de muchos, llegar a la cima del futbol.
La verdad sí fue duro dejar mi país, por la comida, por la familia, los amigos, pero me he ido acoplando poco a poco a la soledad, al futbol de acá; todo eso era cuestión de tiempo, porque ahora ya me siento mejor, pero en Ecuador yo tenía todo y venir a México significó salir de mi país por primera vez”, dijo a Excélsior.
Tras su paso por Lobos BUAP, la promesa ecuatoriana llegó a Querétaro, en donde poco a poco ha logrado atrapar atisbos hogareños que lo han ayudado en su desempeño.
Querétaro me gusta demasiado y de verdad me ha ayudado a sentirme como en casa. Las personas y el club me han ayudado mucho”, señaló.
El exjugador del Manta y el Delfín de su país reconoció que se topó con algunas sorpresas en el balompié mexicano.
El futbol es muy intenso, y todos tienen mucha repercusión en el juego, desde el portero hasta el delantero, cosa que en Ecuador no pasa mucho”, indicó.
Sierra ha jugado cinco partidos este año en liga con los Gallos, todos como titular; uno más en Copa.
Pero de todo se aprende. Y Sierra espera que México sea el puente que lo prepare para buscar el gran sueño, esa meta tan anhelada que para la mayoría de los futbolistas representa el viejo continente.
Mi sueño siempre ha estado en el futbol europeo, pero esto es paso a paso, primero estoy aquí y quiero hacer grandes cosas con los Gallos”, aseveró el mediocampista ecuatoriano.