Londres.- Los legisladores británicos votarán el jueves una posible demora de la salida del país de la Unión Europa, mientras la primera ministra Theresa May intenta evitar una mayor erosión en su autoridad.
La nueva votación se produce un día después de las caóticas escenas que provocó en la Cámara de los Comunes la decisión de los diputados de descartar un Brexit sin acuerdo sobre las relaciones futuras. Doce ministros optaron por abstenerse en lugar de respaldar la propuesta de May para dejar la UE aún sin un pacto de divorcio.
Tras la votación del miércoles, May dijo que el Parlamento enfrenta una “decisión fundamental”: una “extensión técnica breve” si se aprueba un acuerdo de divorcio en la semana siguiente o un aplazamiento mucho más largo si no lo hacen.
Gran Bretaña prevé salir el 29 de marzo, de acuerdo con el Artículo 50, que rige el proceso de dos años de salida del bloque.
El único acuerdo disponible en la actualidad es el que May negoció a lo largo de dos años, y que el Parlamento rechazó dos veces por abrumadora mayoría. La prensa británica informó el jueves que la primera ministra prepara una tercera votación con la esperanza de ganar a los opositores en su partido y el Partido Demócrata Unionista norirlandés.
El legislador conservador George Freeman insinuó que May debería prometer que renunciará para lograr la aprobación de su acuerdo.
“Este caos no puede continuar”, tuiteó Freeman. “Algo tiene que ceder”.
Por su parte, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, afirmó también el jueves que la UE debería estar abierta a conceder a Londres una larga demora a su salida.
En un tuit, Tusk señaló que en las consultas previas a la cumbre de líderes comunitarios de la próxima semana en Bruselas pedirá a los participantes “que estén abierto a una larga extensión si Gran Bretaña considera necesario repensar su estrategia para el Brexit y construir un consenso en torno a ella”.