Ciudad de México. El comisionado del Instituto Nacional de Migración (INM), Tonatiuh Guillén, advirtió de un crecimiento muy grande en el flujo migratorio en el país, con un cambio en la composición: ahora predominan las familias enteras, mujeres y niños procedentes de Centroamérica que transitan por México para llegar a Estados Unidos y solicitar asilo, así como el paso atípico de mayor número de asiáticos y africanos.
Sin embargo, aclaró que el señalamiento emitido la semana pasada por la titular de la Secretaría de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, acerca de la gestación en Honduras de una caravana madre, a la que se sumarían 20 mil personas, proviene de información difundida en redes sociales.
Esa vía fue utilizada con éxito por los promotores de las caravanas en octubre y enero pasados, de ahí que resulta justificada la alerta de la secretaria, aseguró.
El comisionado Guillén explicó que la contención migratoria y policial en el Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, a la que también aludió Sánchez Cordero un día después de reunirse con funcionarios estadunidenses, se refiere a un control migratorio ya existente.
No obstante, admitió la existencia de un problema de saturación.
–La secretaria Sánchez Cordero comentó, en varios momentos durante la semana pasada, que la situación de nuestras fronteras es de crisis, de riesgo de colapso, ¿coincide usted con ella?
–Sin duda están en ese tono, pero hay que precisar: la situación más crítica es en relación con los albergues en la frontera norte, ahí sí estamos saturados, hay un escenario crítico. En el sur tenemos flujo (mayoritariamente irregular) y en Tapachula un componente caribeño y extra continental.
En cuanto al control migratorio, precisó, el INM aplica políticas cotidianas en aeropuertos, fronteras y en el sur.
–¿Refuta entonces la versión del presidente Donald Trump de que México no hace nada por detener la migración irregular?
–Esa posición es completamente exagerada. Con independencia de las evaluaciones o visiones del exterior, México tiene que afirmar una política migratoria soberana, declaró a La Jornada.
Cifras del INM, comparadas con las de Estados Unidos, muestran que México registra –y detiene el paso– de sólo 13 por ciento del flujo de personas que consiguen cruzar hacia el vecino país del norte.
El país reportó en enero pasado 7 mil 547 migrantes en situación irregular, y en febrero 9 mil 894. En tanto, en el segundo mes del año Estados Unidos detuvo, tras cruzar México, a 76 mil personas.
En marzo, el INM registró 12 mil 746 extranjeros en esa condición, mientras que Washington calcula que habría detenido a 100 mil.
La secretaria Sánchez Cordero dijo que a ese ritmo habrá un millón de detenidos este año que usaron a México como país de tránsito.
El comisionado del INM consideró que esta cifra podría quedar en medio millón, 150 mil más de los cálculos de 2018.
–En cuanto al crecimiento del flujo migratorio, ¿hay una alerta?, ¿se pondrá un muro (de contención) en el Istmo de Tehuantepec?, la zona más angosta del país.
–No, para nada. Todas las distancias con esa visión. Sí queremos ampliar los instrumentos normativos que permitan una movilidad cada vez más regular.
–Al menos por hoy, ¿no se está gestando una caravana madre?
–Las estrategias que estamos planteando, y que necesitan también la corresponsabilidad de los países centroamericanos e incluso de Estados Unidos, irán reduciendo la necesidad de estas movilidades, respondió.