El presidente Andrés Manuel López Obrador pedirá a la instancia correspondiente revocar el contrato que obtuvo su compadre Miguel Rincón, integrante del consejo asesor empresarial de la Presidencia de la República. Si no hubiera la forma legal de cancelar el contrato como proveedor para la fabricación de libros de texto, le pedirá renunciar.
Si no hay forma legal de hacerlo, le solicitará renunciar
Señaló que no sabía que el empresario participó en la licitación para vender papel al gobierno, y aunque legalmente no hay problema, le solicitará que renuncie para dar ejemplo de que en su gobierno no habrá ninguna lacra de la política.
Le pido a mi compadre Miguel Rincón que entienda las circunstancias; nosotros no sólo somos honestos, queremos que se sepa, que no quede ninguna duda de nuestra integridad. Es ser y parecer. Y esto aplica a todo, indicó.
Durante la conferencia de prensa matutina, en la que estuvo acompañado de integrantes de su gabinete, el mandatario admitió la amistad que lo une desde hace muchos años con Rincón (dueño de Bio Pappel) y lo ubicó como un empresario que a pesar de la guerra sucia emprendida por otros, él se mantuvo respetuoso con nuestro movimiento.
Por ello aceptó, como situación de afecto y de buena fe, ser padrino de bautizo de su hija Mercedes.
Sin embargo, dijo, no le quiere “dar ningún motivo a los conservadores, a la prensa fifí, porque no somos iguales”. Ellos, aseguró, son los defensores de un régimen corrupto que se distinguió por hacer jugosos negocios públicos en beneficio de particulares, al amparo del poder público con el ex presidente Carlos Salinas de Gortari.
–¿Ese contrato se ganó legalmente? –se le preguntó.
–Legalmente sí, legalmente, no hay ningún problema, pero quiero pedir que se busque la forma, incluso hablando con Miguel, para que si legalmente no es posible, que él renuncie a su derecho y me ayude en eso para dar un ejemplo de que no habrá corrupción, impunidad, influyentismo, contubernio, amiguismo, compadrazgo, nepotismo, ninguna de esas lacras de la política. Fuente:La Jornada