Ciudad de México.- Bill Buckner fue elegido al Juego de Estrellas. Se coronó alguna vez campeón de bateo. Jugaba con una energía que resultaba bienvenida en cualquier equipo. Y sí, era fiable en el fildeo. Pero un solo error cambió la forma en que se le recuerda.
Buckner, quien cometió una de las pifias más graves en la historia, falleció el ayer. Tenía 69 años.
Aquel error llegó en la Serie Mundial de 1986, cuando Buckner no pudo controlar una rola de Mookie Wilson a la inicial. La pelota le pasó entre las piernas.
Buckner murió tras una larga batalla contra la demencia.
Boston, que no había ganado una Serie Mundial desde 1918, tenía una ventaja de 5-3 en la décima entrada del sexto juego. Mets empató cuando Wilson pegó el rodado y el error de Buckner permitió que Ray Knight anotara la carrera de la victoria para Nueva York, que se coronó al siguiente juego.
“Me entristeció la muerte de Bill”, manifestó Wilson. “Tuvimos una amistad de más de 30 años. Me sentí mal por algunas cosas por las que él pasó. Bill fue un gran, gran pelotero, cuyo legado no debería definirse por una jugada”.