San Fe.- Con la misma locuacidad que el fallecido presidente venezolano Hugo Chávez pero en las antípodas ideológicas, el mandatario brasileño Jair Bolsonaro reclamó un cambio de época en el Mercosur al afirmar el miércoles que el bloque ya no es una “patria grande”.
“No queremos una patria grande. Queremos que cada país de Sudamérica sea autónomo, sea democrático, y que cada país sea grande. Como dice (Donald) Trump, que quiere América grande, quiero Brasil grande, un Paraguay grande, una Bolivia grande, Uruguay. Todos nuestros países, esa es nuestra vocación”, dijo el presidente derechista en el plenario de líderes del Mercosur, el primero al que asiste desde que asumió en enero.
Bolsonaro, quien tendrá a su cargo la presidencia temporal del bloque durante los próximos seis meses, buscó así diferenciarse de la corriente de centroizquierda que marcó la política del Mercosur hasta hace pocos años. “Patria grande” fue un slogan promovido por Chávez cuando se refería a la integración regional y fue adoptado por la mayoría de los países que estaban en la misma sintonía política.
El mandatario luego aseveró que “no queremos más otro país en el que pueda acontecer lo que sucede con Venezuela”, suspendido del bloque sudamericano desde 2017 debido a su crisis política.
“¿Cómo puede un país tan rico como Venezuela llegar a este punto? Todos sabemos cómo nació, a partir del populismo, de la irresponsabilidad de un proyecto de poder de un país que no tuvo límites”, comentó el líder brasileño, que luego redobló la apuesta y se inmiscuyó en la campaña electoral de Argentina, que en octubre elegirá presidente. “Pedimos a cada votante que pueda comprometerse con la libertad, la democracia y la prosperidad para que nuestros líderes puedan ocupar estos puestos en sus respectivas naciones”, agregó.
La crisis en Venezuela y el reclamo por la salida del poder de Nicolás Maduro atravesaron el encuentro de líderes del Mercosur en el centro de convenciones de la estación Belgrano, uno de los edificios más emblemáticos de Santa Fe, capital de la provincia del mismo nombre a unos 470 kilómetros al noroeste de Buenos Aires.
Además del anfitrión y de Bolsonaro también participaron Tabaré Vázquez de Uruguay; Mario Abdo Benítez de Paraguay; Sebastián Piñera de Chile y Evo Morales, de Bolivia, estos dos últimos en su condición de Estados asociados.
“Quiero expresar una vez más mi solidaridad con el pueblo venezolano que sufre una crisis humanitaria sin precedentes en nuestra región”, expresó el conservador Macri. “Reconocemos a la Asamblea Nacional y al presidente encargado (Juan) Guaidó como única autoridad legítima en Venezuela y demandamos a Maduro que deje de obstruir la transición democrática y cese con las violaciones de los derechos humanos”.
En el mismo tono se manifestó el paraguayo Benítez.
El Mercosur, no obstante, no reconoció a Guaidó en su declaración final, algo que sí hicieron por separado Argentina, Brasil y Paraguay. La negativa de Uruguay ha impedido hasta ahora un pronunciamiento del bloque en ese sentido.
Los mandatarios firmaron un texto en el que manifestaron su “preocupación por la crisis humanitaria” e hicieron un llamamiento a la comunidad internacional para que continúe “promoviendo el restablecimiento pleno de la democracia” en Venezuela.
Otro tema central del cónclave fue la firma del histórico tratado de libre comercio con la Unión Europea el pasado 28 de junio.
“Afirmo el compromiso de mi gobierno con la apertura de nuestro bloque como instrumento de comercio con el mundo sin el sesgo ideológico que tanto critiqué como líder parlamentario”, dijo Bolsonaro. “El acuerdo con la UE es fruto de este cambio de posición”.
Macri sostuvo que “es una señal clara al mundo de que en Mercosur tiene que ser un bloque abierto y dinámico, con reglas de juego claras para invertir y hacer negocios”.
Por su parte, Vázquez destacó que con el acuerdo con la UE “habremos integrado dos bloques con 800 millones de persones y casi la cuarta parte del PIB mundial”.
La cumbre acordó mecanismos que permitan poner en vigencia lo antes posible el tratado de libre comercio con la UE, que complementará las economías de una región fundamentalmente productora de materias primas -Sudamérica- con otra de bienes y servicios -Europa-. También dio impulso a las negociaciones para cerrar antes de fin de año un tratado de libre comercio con la Asociación Europea de Libre Cambio (EFTA, por su sigla en inglés e integrada por Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza) y con Canadá, Singapur y Corea del Sur en 2020.
En otro orden, los presidentes suscribieron acuerdos enfocados en la vida cotidiana de los ciudadanos del Mercosur como la eliminación costo del roaming para las comunicaciones con teléfonos móviles, un plan de salud para zonas fronterizas y convenios migratorios para casos de denuncias penales por violencia de género.