Ciudad de México.- El talento de Athena Meneses Kovacs la convirtió en la más joven de las integrantes de la delegación mexicana que se alista para competir a partir de esta semana en los Juegos Panamericanos de Lima.
La joven nadadora de 14 años destaca entre el grupo de más de 500 atletas tricolores por sus logros, los cuales han llegado luego de que para desarrollar su potencial en la alberca su padre, Andrés Meneses, ha tenido que asumir el papel de su entrenador.
Es lo más importante para mí hasta ahorita, porque nunca he representado a mi país de esta manera. Estoy nerviosa y emocionada al mismo tiempo”, comenta en entrevista con Excélsior la nadadora que en la pasada edición de la Olimpiada Nacional se colgó seis oros representando al Estado de México. “Voy a romper mis tiempos y no sé a qué lleguemos, pero espero poder dar la marca para Tokio 2020 en los 200 metros dorso”.
El deporte ha formado parte fundamental en el desarrollo de Athena, cuyos padres decidieron que practicaría algún deporte antes de nacer.
Desde que Athena estaba en el vientre de su madre, Krisztina, planeamos que practicaría o natación o atletismo. Al final prevaleció la natación cuando quedó última en una carrera en el Bosque de Tlalpan. Así fue como a los dos años de edad comenzó a tomar clases privadas de natación, mismas que nunca cesarían”, explicó Andrés.
Al notar el potencial decidieron contratar a un entrenador húngaro, país natal de la madre.
Le pusimos departamento y todo y le daba clases privadas. Entrenó muy bien y ahí empezó a destacar, no había quien le ganara”, pero el entrenador decidió volver a su país, situación que llevó a una nueva búsqueda sin fortuna, lo que hizo que Andrés se formara para conducir los destinos de su hija como su entrenador.
Buscamos dos o tres entrenadores más, pero ninguno funcionó, porque no me podían llevar a más nivel o porque no soportaban la presión de mi papá, porque es muy exigente”, cuenta Athena, quien no pensó que su padre, un economista y empresario, fuera quien la condujera a clasificar a sus primeros Juegos Panamericanos, en los que competirá en las pruebas de 100 metros estilo dorso y mariposa.
Es muy fuerte esa relación (papá y entrenador) y más porque todavía vivo en mi casa y no puedo descansar, porque llega y me dice ‘mira que hiciste mal’, y le tengo que decir, ‘papá déjame descansar’ y me responde ‘ah, sí, perdón’. En la noche llega y dice ‘no, pero ve esto’ y le tengo que volver a decir”.
A pesar de las dificultades, Athena agradece el compromiso de su papá, porque fue él quien salió a la luz cuando su desarrollo como nadadora entró en una encrucijada al quedarse sin un entrenador.
Por más que intento separar los entrenamientos con la vida en casa, me dice mi hija ‘que bueno que no dormimos aquí en la Conade, porque me despertarías a las tres de la mañana para decirme que algo te salió mal’, y sí, es cierto. Hay veces que no puedo dormir pensando en que no vi algo en la alberca y me debo esperar al día siguiente para decírselo”.
El desafío de ser padre y entrenador
Andrés Meneses decidió hacerse cargo del desarrollo deportivo de Athena y el duro camino de combinar los roles de padre y entrenador le han dejado un dulce sabor de boca ahora que su hija se apresta a competir en los Juegos Panamericanos de Lima 2019.
La pasión es lo que comparten todos los padres entrenadores. Nadie más la tiene, por muy buen coach que seas, tienes muchos niños. Excepto que sea una superestrella le dedicarían más tiempo, pero no como cuando es ella sola y es tu hija, tu sangre”, explicó Andrés sobre esa sensación de ser quien debe corregir a su hija como deportista de alto rendimiento.
Tuve que hacerme cargo del entrenamiento. Con mucho miedo, pero dije no puedo dejar a mi hija sola y empecé a estudiar, no me quedó de otra”, recordó el empresario, quien debe combinar el tema laborar con el de ser entrenador de Athena, a quien espera llevar a que consiga un pase a los Juegos Olímpicos de Tokio.