Asunción.- El canciller paraguayo Luis Castiglioni renunció el lunes tras difundirse un pacto reservado realizado en mayo pasado con las autoridades de Brasil para la utilización supuestamente privilegiada de la electricidad producida por la represa hidroeléctrica Itaipú sobre el río Paraná.
La planta se encuentra en el pueblo Hernandarias, departamento del Alto Paraná, unos 340 kilómetros al este de Asunción, y se ubica frente a la ciudad Foz de Yguazú, del estado brasileño Paraná.
Junto con Castiglioni dimitieron Hugo Saguier, embajador paraguayo en Brasil; Alberto Alderete, director local de Itaipú, y Alcides Jiménez, presidente de la empresa estatal Ande, que administra el servicio de electricidad entre quienes firmaron el documento bilateral el 24 de mayo pasado en Brasilia.
Esa acta de entendimiento aún está sujeta a las firmas de los mandatarios Jair Bolsonaro de Brasil y Mario Abdo Benítez de Paraguay.
Pedro Ferreira, expresidente de la Ande, reveló en conferencia de prensa la semana pasada que en el acuerdo, aparentemente “Paraguay cedió a Brasil un porcentaje mayor (alrededor de 87%) del total de la electricidad considerada excedente no consumida” por Paraguay.
Castiglioni, antes de renunciar, hizo una declaración pública destacando que “hubo una manipulación política sobre el contenido del acta”. No obstante, dijo que “como autocrítica, tal vez no hicimos la comunicación necesaria”.
Castiglioni informó que se puso en contacto con su homólogo brasileño Ernesto Araujo “diciéndole que pedimos la anulación de ese acuerdo. Seguramente, en esta semana habrá reuniones para analizar la solicitud”.
La cámara de senadores citó a los renunciantes para interpelarlos el lunes, pero antes de iniciarse la sesión presentaron su dimisión por lo que no se hizo la reunión legislativa.
Para la construcción de Itaipú se firmó un tratado binacional en 1973 y la usina comenzó a producir electricidad en 1984.
Cada una de sus 20 turbinas genera 14.000 MW/hora. Cubre el 16% de las necesidades energéticas de Brasil y el 76% de Paraguay.
El contrato entre ambas naciones prohíbe vender a terceros el excedente de energía. Brasil entrega al Estado paraguayo 340 millones de dólares anuales como compensación por usar la electricidad que sobra de la parte que le corresponde a Paraguay.