Según el INEGI y Coparmex, San Luis Potosí, como Estado y como capital, tiene un crecimiento económico a la par de Querétaro, Yucatán y Nuevo León, entidades que le están generando riqueza y empleos al país en estos tiempos en que la economía está estancada y donde los pronósticos de crecimiento no son nada halagadores.
San Luis en los últimos 12 años ha multiplicado sus ofertas para inversionistas nacionales y extranjeros que no han tenido empacho en apostar sus capitales en tierras potosinas. Esta benevolencia que ofrece el Estado se debe a la estabilidad política que los gobierno estatales a pesar de los pesares le han dado, incluso, después de los barruntos de violencia e inseguridad que se tuvieron hace apenas cinco años y que por fortuna han bajado, excepto los incidentes propios de los delitos del fueron común que son inevitables. Incluso la detención que se registró este fin de semana de dos de los operadores principales del «Mencho», líder del Cártel Jalisco Nuevo Generación, no le meten ruido al desarrollo económico y a la relativa tranquilidad en el Estado.
Lo que sí quita el sueño a los capitales nacionales y extranjeros es que San Luis se descomponga políticamente en los próximos dos años cuando se renueven los poderes locales (Gubernatura, Congreso y municipios). «El fantasma de los interinatos» en San Luis, les asusta y les preocupa, y es que fue en aquellos años negros de los 80s y principios de los 90s, cuando el Estado quedó rezagado en su economía como nunca en su historia. La rebelión del «navismo» si bien puso a San Luis en la agenda democrática del país, también lo hundió en lo económico, y eso, los poderosos hombres del dinero no quieren que se repita ni regrese.
En aquellos tiempos, fueron los presidentes autoritarios los que le robaron la tranquilidad política a San Luis, y hoy, la amenaza son los partidos y sus dirigentes que movidos por la ambición y la corrupción quieren a toda costa el poder estatal.
El PAN, Morena, y el mismo PRI que es gobierno, le quitan el sueño al desarrollo económico de San Luis.
Ante ese escenario preñado de malos augurios, los inversionistas están pensando en entrarle al tema de la sucesión del 2021, y aunque no piensan hacerlo como protagonistas, sí están decididos a pedirle al gobernador Juan Manuel Carreras, como responsable y operador político del Estado, tome la decisión más sensata pensando en la continuidad y el orden económico que hoy se respira en la entidad y que es tomada como ejemplo en otras regiones del país.
A los hombres del dinero, les da igual que sea un panista, morenista o priista el que llegue al poder en el 2021, pero sí están muy interesados en que el relevo sea terso para que calmar los nervios que hoy sí empiezan a alterarlos.
Saben que el gobernador Carreras tiene puentes tendidos con el PAN, con Morena y a través de Elías Pesina en el PRI, y puede operar un buen arreglo político. Conocen de la mezquindad de los dirigentes partidistas y actores que quieren desestabilizar políticamente al Estado y están apelando al oficio del gobernador para que en San Luis no se rompa la armonía en el crecimiento; cualquier turbulencia dañaría a todos, dicen.
Los empresarios que han invertido sus capitales en San Luis, tienen ya definida una agenda sobre el tema y la presentarían al gobernador en breve.