Puras buenas noticias sobre las vacunas que están pidiendo permisos para ser distribuidas, el primer permiso concedido en el mundo y los esfuerzos de la mayoría de los países por armar eficientes sistemas de distribución y aplicación.
Un apunte y el resumen de una lectura con una idea original. Espero que el gobierno sea muy claro que esto va a tardar y la muy normal relajación en los cuidados con una buena noticia en estos tiempos de rebrote puede resultar en una tragedia aún mayor. Que quede claro: aún no ha llegado ni una sola vacuna y tardarán meses en llegar las millones de dosis que necesitamos. La idea más original que he leído sobre la aplicación de vacunas en estos meses está en la revista Wired en un artículo titulado “Los vulnerables pueden esperar, vacunen a los supercontagiadores primero”, de Christopher Cox
Van un par de párrafos: “Esta es una pandemia definida por los grupos. Algunos causan brotes mortales en residencias de ancianos, prisiones y plantas procesadoras. Otros abruman a familias completas y a los grupos de amigos.
Aunque las cifras varían de un estudio a otro, el SARS-CoV-2 parece seguir la regla 80/20: 80 por ciento de los casos provienen de solo 20 por ciento de las personas infectadas. De hecho, la mayoría de las personas que dan positivo no propagan la enfermedad en absoluto —un estudio en Hong Kong sitúa el número en 69 por ciento—.
Se infectan, permanecen asintomáticos o se enferman, se recuperan o mueren, todo sin pasar el virus a nadie. Y luego están las personas que terminan provocando cadenas de cientos y cientos de contagios. “La superpropagación hace que el virus sea especialmente confuso.
Explica por qué algunos lugares tuvieron enormes brotes mientras que otros se salvaron, al menos por un tiempo, y por qué el mismo comportamiento arriesgado (una boda en interiores, digamos) puede terminar en docenas de casos o ninguno. Pero también es la debilidad del virus: elimina a los superspreaders y terminas la pandemia”.
El artículo también examina quiénes son esos supercontagiadores y habla con científicos (físicos, genios de la computación, epidemiólogos) sobre cómo se podrían localizar. No es sencillo, anticipo.
Ni cabe en este espacio contar cuál es su propuesta, pero es una buena lectura para arrancar la locura que va a ser esto de vacunas para todo el mundo, lo antes posible.
@puigcarlos
