Nairobi.- Varios miles de combatientes murieron en la asediada región de Tigray, en el norte de Etiopía, dijo un funcionario del gobierno local huido. A un mes de su inicio, todavía es muy difícil verificar las afirmaciones en torno al conflicto entre las fuerzas federales etíopes y las regionales.
En una entrevista con la televisora Tigray TV emitida el jueves, Getachew Reda, un destacado asesor del líder de Tigray, instó a los jóvenes y a otros en la región a “levantarse y movilizarse para batalla en decenas de miles”, luego de que el primer ministro etíope, Abiy Ahmed, declaró su victoria durante el fin de semana.
Con los Líderes del Frente Popular de Liberación de Tigray (FPLT) a la fuga por el accidentado territorio, el temor a un conflicto prolongado continúa. Pero con las comunicaciones y el transporte paralizados casi por completo en la región de seis millones de habitantes, es difícil conocer la situación sobre el terreno, incluyendo el grado de apoyo popular con que cuenta el FPLT y el número de muertos.
“Nuestra capacidad para resistir depende en última instancia del apoyo que recibamos de nuestro pueblo”, afirmó Getachew. “Es posible tener un escenario donde lo paremos todo y convirtamos a toda la gente en soldados”.
Sin concretar cuántos combatientes seguían en activo, el asesor apuntó que “nuestro ejército está haciendo cosas increíbles” con poca gente y afirmó que hay decenas de miles de muertos entre las fuerzas etíopes y de la vecina Eritrea, que el FPLT insiste en que están participando en los combates. Etiopía lo niega.
Getachew reconoció además la existencia de víctimas mortales en el FPLT, pero no ofreció una cifra.
Las fuerzas etíopes anunciaron durante el fin de semana que tenían “pleno control” de la capital de Tigray, Mekele, una ciudad de medio millón de habitantes. Getachew señaló que su bando realizó una “retirada estratégica” de la ciudad para minimizar la destrucción.
No estuvo claro cuánta gente murió en la ofensiva federal sobre Mekele, pero el Comité Internacional de la Cruz Roja dijo durante el fin de semana que el principal hospital de la ciudad se había quedado sin bolsas para cadáveres y que el personal suspendió otros servicios para centrarse en los heridos.
El vocero del gobierno etíope, Redwan Hussein, no respondió de inmediato a preguntas sobre la estimación actual de víctimas en el conflicto.