El líder de Hezbolá, Hasan Nasralá, emitirá un discurso este jueves a las 17:00 horas locales en Líbano (09:00 horas en México) tras las explosiones simultáneas de bípers que sacudieron al país el pasado martes. El incidente, que dejó al menos nueve muertos y más de 2 mil 800 heridos, ha sido vinculado a un presunto ataque del gobierno de Israel. Entre las víctimas se encuentran un niño de 10 años y varios miembros destacados del grupo libanés proiraní.
Las explosiones ocurrieron cuando varios dispositivos de comunicación, utilizados por miembros de Hezbolá, estallaron casi simultáneamente en diversas localidades, lo que apunta a una infiltración en la cadena de suministro de estos equipos. Según informes, los bípers habían sido modificados para detonar mediante un control remoto, en lo que se sospecha fue una operación conjunta de inteligencia israelí. Hezbolá ha condenado el ataque, calificándolo como una «agresión criminal», y ha prometido una respuesta severa contra Israel.
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El evento ha intensificado la ya tensa situación en la región, en un contexto en el que Israel y Hezbolá se han involucrado en frecuentes enfrentamientos desde que estalló el conflicto entre Israel y Hamas en Gaza el pasado octubre. Las explosiones en Líbano se producen en momentos de crecientes amenazas mutuas entre ambos bandos, mientras Israel expande sus operaciones militares en respuesta a los ataques desde el norte.
En su discurso, Nasralá abordará los detalles del ataque y el impacto que este ha tenido en las filas de Hezbolá, así como la estrategia futura del grupo frente a lo que consideran una «nueva etapa de agresión» por parte de Israel. También se espera que el líder renueve su apoyo a las operaciones militares de Hamas en Gaza y que haga un llamado a sus seguidores a mantenerse firmes en la resistencia contra Israel.
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Este ataque ha desatado una fuerte condena por parte de Líbano e Irán, aliados clave de Hezbolá. El primer ministro libanés, Najib Mikati, calificó el incidente como una violación grave de la soberanía libanesa, mientras que las autoridades iraníes han descrito la operación como un acto de «terrorismo israelí». La situación sigue en desarrollo, y la comunidad internacional observa de cerca ante el riesgo de una mayor escalada en el conflicto.