Rosario Robles Berlanga y Andrés Manuel López Obrador, eran amigos inseparables; compartían proyectos y soñaban que la izquierda ganara la presidencia de la República algún día; formaban una mancuerna envidiable en el equipo de Cuahutémoc Cárdenas, cuando este era jefe de gobierno de la ciudad de México; de hecho, el ingeniero a ambos llegó a decirles que uno de los dos gobernaría este país.
Rosario y Andrés Manuel llegaron a confesarse mutuamente que si uno de los dos llegaba, el otro lo sumaría al equipo.
Pero la ambición en un político, sea de izquierda o de derecha, siempre acaba con los buenos sentimientos, y más cuando la ambición es tanta, como sucedió entre Rosario y Andrés Manuel; los dos querían ser presidentes de México, y eso provocó una enemistad que con el tiempo se volvió irreconciliable.
En su libro «Derecho de Réplica» el argentino Carlos Ahumada Kurtz, quien fuera pareja sentimental de la ex secretaria de Desarrollo Social, confirma que la ruptura entre los dos, fue su ambición por la presidencia. La relación armoniosa duró apenas 3 años. En el 2003 y 2004, cada quien tomó su rumbo con profundos rencores entre sí.
Hoy Andrés Manuel López Obrador, es presidente de la República y Rosario Robles es acusada de encubrir la llamada «Estafa Maestra» cuando fue titular de Sedesol y SEDATU en el gobierno de Peña Nieto, y que habría causado un daño al erario público por más de 5 mil millones de pesos.
Rosario Robles, ha sido llamada por la autoridad para que explique el paradero de los miles de millones de pesos, so pena de ir a parar en la cárcel junto con más de doce funcionarios que están siendo también investigados por la «Estafa Maestra».
¿Es ésta una venganza de AMLO contra Rosario…o es es el inicio del combate a la corrupción que terminará con el ex presidente Enrique Peña Nieto en prisión?, es la pregunta que hoy todos se están haciendo en México.
Otra pregunta que circula en la opinión publica, es si el «Caso Rosario», forma parte de un ajuste de cuestas del presidente con todos aquellos que fraguaron el «videoescándalo y las Ligas de Bejarano» en el 2004 en el que participaron Carlos Salinas de Gortari, Diego Fernandez de Cevallos, Vicente Fox, Carlos Ahumada y la misma Rosario Robles.
El presidente dice que no persigue ni le guarda rencor a nadie, pero quienes están cerca de él afirman que López Obrador, aunque diga lo contrario, no perdona, ni tampoco olvida. El daño más grande a su imagen pública, aseguran, fue el «videoescándalo», montado por la mafia del poder, en el que Rosario Robles fue una pieza clave, y que hoy desde lo más alto del poder, donde está, va por ella y por ellos.
Rosario Robles está citada para el 8 de agosto en la Fiscalía General de la República, y aunque ya tramitó un amparo, dicen que el golpe va directo contra ella, aunque se quite.