Beirut.- Activistas de la oposición y un grupo de control reportaron una total ausencia de aviones de combate de Siria y Rusia en los cielos de Idlib y una relativa calma en la región noroccidental siria el viernes en la mañana, tras el acuerdo de alto el fuego alcanzado por Turquía y Rusia que suspendió una aterradora campaña de bombardeos aéreos.
En los últimos tres meses, la ofensiva del gobierno de Siria, respaldada por Moscú, sobre el último bastión rebelde del país, causó cientos de bajas e hicieron que un millón de personas huyesen hacia la frontera turca.
Aunque los aviones de guerra dejaron de volar, los activistas reportaron bombardeos menores en algunas zonas tras la entrada en vigor de la tregua a medianoche del jueves.
Turquía y Rusia son los países con más influencia en Siria y respaldan a bandos rivales en la guerra iniciada hace nueve años.
La situación en Idlib empeoró en las últimas semanas luego de que Ankara envió a miles de soldados a la zona. Los choques con las fuerzas de Damasco mataron a 60 soldados turcos y a decenas de efectivos sirios desde el inicio del conflicto en febrero.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, un grupo opositor con sede en Gran Bretaña que monitorea el conflicto, dijo que los aviones de guerra sirios y rusos no sobrevolaban Idlib el viernes, pero reportó incumplimientos menores en las tres primeras horas de la tregua.
El activista de Idlib Taher al-Omar reportó enfrentamientos poco después de la medianoche en el extremo sur de la región.
El acuerdo entre Rusia y Turquía parece lograr un objetivo clave para Moscú: permitir que Damasco mantenga el control de una autovía de sur y a norte, conocida como M5. Las fuerzas sirias capturaron los últimos tramos de la vía en su última ofensiva.
El pacto también estableció un corredor de seguridad a lo largo de otra autopista clave, del este al oste en la provincia, la M4. Según el acuerdo de alto el fuego publicado por medios progubernamentales sirios, soldados rusos y turcos iniciarán patrullas conjuntas en la M4 el 15 de marzo.
En Idlib hay miles de insurgentes ligados a Al Qaeda, muchos de los cuales rechazan una solución política para el conflicto sirio, que ha dejado más de 400.000 muertos. En la provincia viven también alrededor de tres millones de personas, muchos de ellos desplazados internos.
Varios acuerdos de alto el fuego fracasaron en el pasado y el presidente de Siria, Bashar Assad, prometió recuperar el control de todas las partes del país que no están bajo el mando de Damasco.